martes, 15 de abril de 2014

UN PACTO CON EL DESTINO



Hace una semana que empezó con su nuevo “trabajo”. Por primera vez en mucho tiempo es relativamente feliz, se siente tranquila. Seleccionar y ordenar libros. Es reconfortante.

Siempre se ha sentido cómoda entre libros. Cuentan historias, te permiten viajar. Todo está en los libros.
Bueno todo no. La verdad sobre la vida no está en los libros. Ni siquiera en los que se editan como “de autoayuda”. 

Las experiencias de otros pueden inspirar, pero no te dan las claves para vivir tu propia vida.

Ni todas las mujeres son de Venus ni todos los hombres son de Marte. Nadie se llevó tu queso, simplemente te lo comiste todo y olvidaste comprar más. Lo que siempre quisiste saber y nunca te atreviste a preguntar no suele ajustarse a las respuestas que encuentras. No existe la vida en armonía ni la felicidad perfecta. Ningún manual te prepara para reconocer el amor ideal a primera vista.

A pesar de ello los libros que prometen una solución inmediata a los pequeños desastres de tu vida, los títulos que garantizan que por fin serás feliz, que nada te dolerá, que después de que la vida te dé puntapiés en el culo no te pasará de nuevo…son numerosos.

Dejar de fumar, dejar de sufrir, adelgazar, dormir ocho horas, dejar de beber, comer equilibradamente, triunfar en todo, ganar tu primer millón, encontrar pequeños paraísos perdidos, ser atractivo, atractiva, hablar en público con soltura, contar el chiste oportuno en el momento oportuno… a cada problema, a cada contratiempo, le corresponde una solución en forma de libro de tapas coloristas, ilustraciones ingeniosas…

Nada de eso garantiza que encuentres la solución. En realidad nada garantiza soluciones a los problemas, a sus problemas.

Para trabajar mejor se ha trasladado al piso de abajo. Han acordado que será un cambio temporal que tal vez resulte beneficioso para la pensión. Es Semana Santa y a la ciudad han llegado algunos turistas. Quién sabe si algún despistado se deja caer por allí.

Todavía no le ha pedido a Alicia que le ayude con los libros. Quiere asegurarse de que no encontrará títulos poco adecuados para su edad.

No se trata de censurar sus lecturas. Simplemente quiere que pueda comprender lo que lee. Que pueda disfrutarlo.

Los libros son como la vida. No es necesario quemar etapas demasiado rápido. Las personas son edificios que se construyen capa a capa, pieza a pieza…no es necesario darse prisa…nunca…

Los libros son obras de arte. Tienes una idea. La dibujas, la diseñas, la corriges.

Los libros son como arcilla. Tomas una pequeña porción, la humedeces, le das forma. Es una forma rudimentaria que probablemente no resulta como la idea que sigue en tu mente, como si estuviese sobre una pequeña plataforma de cristal que da vueltas iluminada por una luz suave, que te permite contemplarla desde todos los ángulos.

Y un día finalmente se produce el milagro. La imagen se define por fin, es perfecta, clara. Las palabras acuden a tus dedos como pequeñas descargas eléctricas.

Ella también tiene cosas que contar. Tiene una historia que contar. Bueno en realidad tiene muchas historias que contar. Tal vez a no le interesen a nadie. Así que no se plantea publicar sus historias, su historia… Sería una buena forma de poner sus ideas, su vida en orden… Sería la única forma de quedase constancia de su paso por este mundo.

No tendrá hijos. Lo sabe. Lo prefiere.
No es buena con las plantas. Así que no plantará ningún árbol.

Lo único que le queda sería escribir la historia. Tal vez la lea alguien o tal vez no. Pero será la única forma de que cuando ya no esté, quede un pequeño rastro de su paso por el mundo.

No se trata de buscar la fama o de hacer algo grande.
Simplemente se trata de hacer un pequeño pacto con el Destino.Comprar un poco más de tiempo. 

Dicen que cuando te vas si los que se quedan te recuerdan de vez en cuando, en cierta forma es como si no te hubieses ido. Tal vez si alguien lee su historia, la recuerde. Tal vez sea como si no se hubiese ido. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario