Ya hace una semana desde que se bajó de aquel tren.
Una semana que ha pasado explorando, tomando notas mentales, reconociendo el
terreno, los sonidos, los aromas, descubriendo la luz.
Aunque nunca ha
trabajado en un circo, ni ha practicado gimnasia de la llamada olímpica, se siente
más cerca de lo que hubiese imaginado de una funambulista.
La primera semana de su nueva vida ha sido como
caminar por una cuerda o un alambre, en un espacio sin luz, sin una red que la
proteja de una posible caída y sin saber dónde está el final. Sin saber si tan
siquiera hay un final.
Por eso va muy despacio. Por eso se mueve a cámara lenta.
Desde ese momento se tomará todo con calma. Nada de intuiciones, ni de
corazonadas o dejarse llevar. No. Nunca más. A partir de ahora más cerebro que
corazón. Por el momento se había llevado más palos y golpes de los que podía
resistir. Así que se tomaría su tiempo para recuperarse, curarse, repararse,
reponerse… y para conseguirlo necesitaba tiempo y calma.
Estaba sentada en la pequeña terraza que formaba
parte de aquella “habitación interior bien orientada”, contemplando la puesta
de sol. La primavera había llegado por fin, hacía tres horas.
Para celebrar aquella estación de vida y esperanza
había comprado una planta en el Bazar Chino. Una maceta con una flor de cuyo
nombre no tenía idea, porque entre que ella no era experta en plantas y flores
y que el dueño del bazar no conocía la traducción al castellano del nombre…
tendría que encontrar la respuesta en internet.
Se concedía tres días más de “recreo”…pasado el fin
de semana empezaría a ser un poco más laboriosa y disciplinada.
Lo primero que quería hacer era buscar una
biblioteca pública cercana a su “lugar de residencia”, lo segundo encontrar un
locutorio para tener acceso a internet… Era bueno hacer planes, tener
objetivos, la mente ocupada… no pensar.
El sol se había puesto y la temperatura había bajado
un poco. Dudó entre quedarse un poco más en la terraza o entrar y acostarse. El
día había sido largo. Agradable pero largo y estaba un poco cansada.
Entró en la habitación y cerró la puerta de la
terraza. No echó la cortina. Le gustaba notar como el sol salía por la mañana.
Había descubierto que le gustaban cosas que a las
que nunca había prestado atención. Cosas simples, hechos sencillos.
Antes de apagar la luz de la mesilla de noche…antes
de dormirse… un último pensamiento la ayudo a relajarse… sería como el junco…
nada la quebraría.
Blanca Fernández
En Twitter: @MrsDarcyFitz
En Facebook : facebook.com/blancarosa.fernandezmoreno
En mi correo electrónico: truckpy@gmail.com
En la Radio, Martes 13:00, La Notaria Viajera, www.radiomania.es/viajes/
En la Radio, Domingos de 19:00 a 20:00 , El Prat Radio, La Buhardilla, Les Golfes
Gracias a todos por vuestra lectura y comentarios,